No te arregles el cuello de la camisa, total te ves igual. Sé que te levantaste pensando que de esa manera te veías mejor. No quiero decepcionarte, pero la mitad de las cosas no te combinan. Quizá porque el jean se ve un poco viejo.
Pero es otra cosa lo que te queda bien, es lo fresco de tu rostro aunque estés tan viejo. quizá la paz de tus ojos color guerra en la sangre.
Tu don de destrozarme el alma con sólo mirarme
Y decime, ¿qué te cuesta ser más cruel? pero digo cruel en serio, de esos que hacen que una los odie.
No creo que nunca lo logres es como pedir que desaparezcan mientras transcribo los pensamientos
Por
Sabrina Romero
a las
16:14
Para estar herido, hay que estar bien herido
Parece que no basta nunca, nada es suficiente
Llega una y llegan todas,
parece que debe ser equitativo
Ya no sé si estoy de paso, si recién llego, si estoy empacando
Cómo duele que ya extrañe
Qué será cuando no estés, aunque nunca haz estado
Parece que no basta nunca, nada es suficiente
Llega una y llegan todas,
parece que debe ser equitativo
Ya no sé si estoy de paso, si recién llego, si estoy empacando
Cómo duele que ya extrañe
Qué será cuando no estés, aunque nunca haz estado
Me invitás a tomar el té, ¡Genial!
por entre la vulgaridad de esta jungla de cemento, me convidás con un té
obvio digo que no, soy una niña de mi casa
pero qué bien me sentaría un té!
mañana lo acepto, ¿y después?...
y después lo que quieras
pero sacame de esta realidad
no sepas mi nombre
no hables nunca de mi pasado
dejame ser, así
con secreto y misterio que me cuele en tu cama
no actues como si me conocieras, como si me supieras
alejate tres pasos, mirame desde la ventana y decime que la cara no me vende
que se nota a leguas la clase de mujer que soy
confesame el amor a cualquiera
de eso voy a saber conversarte
de eso, entiendo hasta en sueños
por entre la vulgaridad de esta jungla de cemento, me convidás con un té
obvio digo que no, soy una niña de mi casa
pero qué bien me sentaría un té!
mañana lo acepto, ¿y después?...
y después lo que quieras
pero sacame de esta realidad
no sepas mi nombre
no hables nunca de mi pasado
dejame ser, así
con secreto y misterio que me cuele en tu cama
no actues como si me conocieras, como si me supieras
alejate tres pasos, mirame desde la ventana y decime que la cara no me vende
que se nota a leguas la clase de mujer que soy
confesame el amor a cualquiera
de eso voy a saber conversarte
de eso, entiendo hasta en sueños
Cinco, outideas
Por
Sabrina Romero
a las
17:20
Se supone que tendría que escribir. Ya no hay nada que quiera decir, ya no quiero decir nada.
Es todo presagios, es todo parte del destino; luchar con él ya de nada sirve, ya no quiero más destino.
No tengo ideas, o más bien las ideas son iguales o, más bien, son igual que siempre. Quiero acariciarte las entrañas y coronarte en mi submundo.
Me cansa buscarle la vuelta, encontrarle un sentido al todo mismo.
Desde luego siempre todo va a ser así: sin convocatoria, sin sueños ni deseos.
Es todo presagios, es todo parte del destino; luchar con él ya de nada sirve, ya no quiero más destino.
No tengo ideas, o más bien las ideas son iguales o, más bien, son igual que siempre. Quiero acariciarte las entrañas y coronarte en mi submundo.
Me cansa buscarle la vuelta, encontrarle un sentido al todo mismo.
Desde luego siempre todo va a ser así: sin convocatoria, sin sueños ni deseos.
Hoy no tengo ganas de mucho. Supongo que se aproxima el día, siempre me pongo igual. Pasan los años y nunca aprendo. Mientras desvariaba un vestido tenía encendido a Silvio; melancolía, Silvio, Oh, melancolía:
Me he dado cuenta
de que miento.
Siempre he mentido,
siempre he mentido.
He escrito tanta
inútil cosa
sin descubrirme,
sin dar conmigo.
No amar en seco,
con tanto dolor,
es quizás la última verdad
que quede en mi interior,
bajo mi corazón.
No sé si fue
que malgasté mi fe
en amores sin porvenir,
que no me queda ya
ni un grano de sentir.
(Yo sé que a nadie
le interesa
lo de otra gente,
con sus tristezas.)
Esta canción
es más que una canción,
que un pretexto para sufrir
y más que mi vivir
y más que mi sentir.
Esta canción es la necesidad
de agarrarme a la tierra al fin,
de que te veas en mi,
de que me vea en ti.
(Yo sé que hay gente
que me quiere.
Yo sé que hay gente
que no me quiere.)
Esta canción, Silvio Rodriguez (Te doy una canción, 1975)
Dialogo con mis alteregos. A esta altura son más de un millón. Me recreo y en el personaje, en uno en otro; Me paseo por todos, entro y salgo. Si lo entendés bien, vas cayendo, resulta que es sólo mi manera de existir en el tiempo. Tergiverso el espacio, los nombres, vuelvo del revés. Y no me digas que ya los conocés a todos, a todos mis personajes. Por que ahora mismo puedo inventar algún otro. No hablo de virtud, hablo de formas de encontrarme otro costado. Hay mil maneras de redescubrir esta vida y de esa manera voy caminando.