Sobre Claridades


El hombre está loco y yo, amo su locura. Traté y traté de evitarlo, pero en vano lo he hecho. Primero pensé que era algo así como el destino, como los caminos que estaban predestinados a cruzarse, como los desiertos que no saben de formas o huellas. Creí que una especie de fuerza natural, guiada por un algo místico, nos acercaba y unía.
Tal vez ahora veo con claridad. No hay misterio tras las obsesiones, no hay caminos más que los inventados y el destino no juega de mi lado.
Pero, ¿qué es la claridad? ¿Hay alguien que pueda asegurarlo?. Pues yo no. La claridad podría ser la que sentí la noche en la que me enfrenté por primera vez a la belleza de su creación, ¿porqué no?. O podría ser la tarde en que lo vi por vez primera. O el hecho, los hechos, que me hicieron pensar que algo así existía.
La claridad puede ser la mía o la de él. Puede ser habernos perdido toda la vida, caminando en círculos de 300 metros a la redonda. O tal vez ser dos polos exactos en un mundo imperfecto.
Un día me emborraché, escribí estupideces y se las envié. El infausto no atinó siquiera a responder, ¿es eso claridad? Pues claro, mi claridad de lo más sincero que he dicho, porque no podía ocultar nada. Su claridad de abstenerse a decir una mentira.
En definitiva, existe una claridad, que es tan poco clara que podría pasar toda la vida tratando de hallarla. No tengo toda una vida, o sí. Pero ya no es toda, eso, querido, te lo puedo asegurar.

Cazadores de ocasos.


Hoy entendí mal,
O creí hacerlo.
Me levanté al alba
Y encendí un cigarro,
Lo recordé todo.
Sobre todo lo trivial
y bonito de la vida.

Te entendí mal,
Pero era aún peor.

No seremos nunca tan intensos,
Y de lo nuestro nos perderemos.

Hoy busqué el último sueño,
Te vi en el mejor cielo.
Fui lo que fuimos,
En alguna primavera.
Te doy mi mano,
Nunca voy a soltarte.
Ni voy a dejar de ser.
Es un nuevo camino,
Y otra forma de ver.

Te entendí mal,
Pero era aún peor.

No seremos nunca tan intensos,
Y de lo nuestro nos perderemos.

Nueva misión


Voy a sembrar un millón de libros y quizá, sólo quizá, luego regrese.
No lo garantizo. Por eso, baja las persianas por las dudas.
Voy a recorrer un nuevo camino, seguro será el de los tropiezos.
Ella dijo: “Antes de dormir, piensa fuertemente en algo que quieras mucho luego, suéñalo.
Yo le dije: “No quiero más sueños, querida, quiero que sean reales.
Bromeé diciendo: “Voy a suicidarme”.
La muy necia lo creyó.
No te preocupes, querida, nadie habrá que ame la vida más que yo.
Voy a dejar de pensar un poco en todo, quizá logre madurar.
Y cuando me apure el ocaso, voy a ser alguien diferente, pero siempre siendo yo.
Voy a desmerecer mis próximos cien impulsos, siempre me llevan por senderos equívocos.
Voy a despertar en una colina y voy a saltar a cualquier otro río.
Va a dejar de existir toda melancolía.
Va a expirar cualquier dolor.
Voy a empezar todo de nuevo, hasta poder decirte adiós.

Sobre todo



No corras hacia lo inevitable.
No huyas de las noches errantes.
No te escondas en la muerte que sueñas.
No pienses demasiado sobre lo que nunca ha sido.
No te ocultes tras las mañanas soleadas.
No duermas más de seis horas.
No sufras por lo humano de la humanidad.
No seas amigo de todos.
No regales tu corazón a cada paso.
No pintes las paredes de la calle.
No te aburras tan pronto de lo que haces.
No maldigas el tiempo que corre.
No duermas en las horas del día.
No corras del destino que toca.
No te conformes con lo que llega.
No te emborraches con el vino perdido.
No maniquees con los padeceres.
No destruyas lo que aún no tenemos.
No te encapriches con las figuras.
No robes las tormentas que se avecinan.
Pero, sobre todo, no te olvides tan pronto de mí.

Persistencia



No quiero mentirte, mucho menos mentirme, ni inventar otro camino.
Durante toda la tarde escuché a Silvio
y me hundí en su melancolía,
Y pensé, cuando la muerte te succiona, querido,
Te ves ansioso de eso que nunca te llega
Y sos tan igual al cielo de la primavera,
y yo que quiero perderme en esta esfera
Ya no importan los millones de años que,
sin saberlo,escuchaste del otro lado de la puerta
Ya no soy un ser al que le queden demasiados años
Ya no soy lo que esperás
Estoy en el estado poco ocurrente
culpo a la humedad del día,
pero sabemos que la única humedad es la de mi cerebro
Cómo evitar sumergirme en este vendaval y
arrastrarme hasta los rizos de tu cabeza.
Será un día más perdido, talvez, hasta una vida
Pero ese es el punto, querido, no quiero perderme más en este mundo ridículo.
No temas por mí, ya bastante he esperado
Y bastante lo he querido. Desvanecen mis ojos de admirar la belleza que irradian esas manos llenas de la natural eficacia de la cual, a menudo, te quejas.
. .

De laberintos , sabidurías y desencuentros



Ni enloquezcas con lo que no llega,
Ni te resignes con lo que aún no fue.
Herramos en hermosos laberintos
Y a menudo solemos perdernos


Ah ya no creo en el azar
Todo fue hecho desde antes
Cuántas calles iguales habremos caminado
Cuántos cielos iguales habremos invocado


Ni enloquezcas con lo que no llega,
Ni te resignes con lo que aún no fue.
Herramos en hermosos laberintos ,
Y a menudo solemos perdernos.


Tenemos el común de los años invertidos
Tenemos las risas, los misterios y los secretos
Habré hablado de más muchas veces
Pero al menos, he dicho cuanto creí.


Ni enloquezcas con lo que no llega,
Ni te resignes con lo que aún no fue.
Herramos en hermosos laberintos
Y a menudo solemos perdernos


Sometida de vez en cuando a la melancolía,
He deseado tus bellezas.
Imposible evitar el oasis que haz creado.
Aquel en medio del peor de los desiertos,
En el que navegué tan ciega, sin verte jamás.

Suena a queja, pero no lo es.
Las mañanas gozan de otros colores
y los 300 metros se han vuelto demasiado mitigables.



En cuántos laberintos me habré perdido
y aún así no podría haberte evitado