Quería poder volver a poder.
Me cuesta porque la felicidad me invade y ya no hay nada que decir.
No hay viajes ni reales ni virtuales ni espirituales.
No necesito ocultarme tras palabras ni sueños ni mañanas que no llegan.
Puedo salir. Pensar que lo que viene ahora es sólo natural.
No me parapeto. No lloro por las noches. No le temo a los desenlaces.
Así de simple se hacen los días. Y así de perfectos.
Con defectos típicos de vivir la realidad, lugar del que huí por años.
Pero ahora te tengo y amarte recompensa todo cuanto haya deseado y no he tenido.