Me invitás a tomar el té, ¡Genial!
por entre la vulgaridad de esta jungla de cemento, me convidás con un té
obvio digo que no, soy una niña de mi casa
pero qué bien me sentaría un té!
mañana lo acepto, ¿y después?...
y después lo que quieras
pero sacame de esta realidad
no sepas mi nombre
no hables nunca de mi pasado
dejame ser, así
con secreto y misterio que me cuele en tu cama
no actues como si me conocieras, como si me supieras
alejate tres pasos, mirame desde la ventana y decime que la cara no me vende
que se nota a leguas la clase de mujer que soy
confesame el amor a cualquiera
de eso voy a saber conversarte
de eso, entiendo hasta en sueños
El secreto estaba en el té...