La siguiente historia llegó a mí de una manera curiosa.
En los últimos años, hubo quien dijera que me había obsesionado con toda esta cuestión de los Julléz. Sería un poco hipócrita de mi parte desmentirlo del todo, pero yo no lo llamaría "obsesión". Sí es verdad que me he apasionado desde un primer momento, pero luego sólo necesitaba saberlo todo. Voy a confesarles que su final, o al menos hasta donde yo podré referir, Fue algo sorprendente.
Si ustedes se preguntan -y estoy segura de que lo hacen- de dónde salió todo y cómo llegó hasta mí, hay algo que es menester que les cuente.
El 20 de marzo de 1996 -cuando transitaba mi primera juventud- encontré dentro de un libro una carta. La carta, estaba doblada en cuatro partes, razón por la cual no me llevó a sospechar nada. El libro en cuestión, era Flush, de Virginia Woolf. Fue realmente extraño que abriera ese libro, si bien lo he disfrutado mucho no considero que sea de lo mejor que haya escrito Woolf. En aquel primer momento no recordé cómo había llegado hasta mí dicho libro. Y ese es un pormenor -quizá no tanto- que referiré posteriormente. Lo que sí quiero, es transcribirles la carta que dio origen a todo:
[Serg:
Sé que dije que te avisaría en cuanto estuviera mejor.
Ha pasado ya un año y casi seis meses, y esta es la
primera vez que tenés noticia sobre mí.
No voy a pedirte que me disculpes, ese no es mi
estilo.
Quiero que sepas de mi boca que estoy bien, a pesar
de todo lo que ha ocurrido en este tiempo.
Sigo manteniendo que es mejor todo eso de "la verdad".
Pero, ¿podés creer que las personas no quieran saberlo?
Todo fue muy macabro y todavía me pesa tanto, que creo que nunca
podré superarlo del todo.
Voy a irme por un tiempo. ¿Recordás que quería adquirir un poco de mundo?
Bien, pues creo que este es el momento.
Por ahora no nos vamos a ver y supongo que será por un tiempo prolongado.
Te dejo un caluroso abrazo y te deseo (siempre) lo mejor, Clara.]
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